Orgánic


 

Orgánico es un conjunto coherente, que es susceptible de crecimiento y desarrollo. Ésta palabra se puede acoplar a muchas otras, por ejemplo: organizado es el que planifica con sus actividades con orden y método o viviente que es el que está dotado de vida.

Cualquiera de ésta acepciones se identifican con Javier.

Orgánico ha sido su trabajo de muchos años. Él ha ido evolucionando de exposición en exposición, de una manera coherente sin grandes rupturas, pero definiendo y adquiriendo nuevos conceptos.

Javier mantiene algunas prioridades como el formato cuadrado o rectangular. Estos formatos representan el máximo equilibrio y estabilidad.

Sin embargo sus grandes inquietudes quedan reflejadas en sus composiciones que están magníficamente desarrolladas con orden y método. Utiliza la simetría en muchas de sus obras, principalmente la axial y la rotacional, no de una manera fiel como debemos entenderla. Unas veces la composición tiende a encerrar y enmarcar un núcleo y en otras ocasiones sale del núcleo para expandirse. La verticalidad en su obra define los espacios. Los ritmos compositivos son suaves, armoniosos y en algunas ocasiones invertidos.


Cuando tiene instalada la estructura interna, juega con las rectas y las curvas, que generan formas estáticas o dinámicas. Dándole al cuadro un movimiento interno muy particular.

Pero para mí la parte más importante de la obra de Javier es el color. Su sensibilidad hacia él, el tratamiento que le da y cómo cobra vida.

Parte de un nexo común que es el blanco y negro y luego juega con uno o dos colores de textura plana y muy definida. Con tan pocos elementos forma una armonía increíble con los matices, tonos y transparencias. Creando un espacio de vida y movimiento.

Sus cuadros parecen simples, pero están llenos de mensajes: estabilidad, dualidad, sensibilidad, armonía y coherencia. Tal como es el reflejo de su vida.

La obra de Javier transmite serenidad por sus formas rotundas y claras, por sus tonos musicales ambientados por el color. Es un placer observarlos porque no hay hueco para la equivocación. Cada elemento tiene su espacio, tanto en lo compositivo, en lo rítmico y en el color.

Ha sido un placer volver a escribir sobre su obra en ésta nueva exposición, que espero sea continuada por otras muchas.

 

Sara Tato Guerra (Licenciada en Bellas Artes y Crítica de Arte)


 


 


 


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