Cuando el Mar se convierte
en un cementerio humano, cuando la llegada al paraíso se convierte en un
infierno, nos invade la rabia, la indignación, la impotencia de no compartir la
parcelación geográfica que imponen leyes absurdas. La exposición de Javier
Pastor “Mar de Fondo” reflexiona sobre ese viaje soñado y anhelado; un viaje
que, en la mayoría de los casos conduce a ninguna parte, un viaje compuesto de
dolor, penurias, angustias… ¿Qué hay detrás de El Dorado –sito en Occidente-
que se les vende a quienes no tienen nada? ¿Qué o quién les empuja a emigrar?
¿Quiénes son las víctimas, los cómplices?
Quiero agradecer y valorar
la visión del artista sobre una cotidianeidad demasiado cruel. El Arte se
convierte así en una vía paralela a la noticia, a la denuncia, al grito. Hacen
falta expresiones artísticas que nos inviten a la reflexión, que nos emocionen
con el dolor ajeno, que pongan de manifiesto los desafíos a los que se enfrenta
Europa en materia de inmigración. A veces la belleza artística tiene su origen
en situaciones abominables; el artista “tocado” por el dolor y la injusticia
que suponen los centenares de muertos y ahogados nos brinda su particular
visión. Belleza, compromiso, arte solidario, sentimientos encontrados reflejo
de una realidad dual en un contexto global.
Josefina Bueno Alonso
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